Bajo la superficie

La vida respira en dos planos: el que miramos y el que nunca vemos. Todo lo ligero se alimenta de lo profundo.

Sobre la Obra

En esta obra, la artista crea un paisaje dual donde el mundo visible y el oculto conviven en un mismo espejo acuático. Sobre la superficie, un cielo estrellado se extiende con constelaciones y nubes danzantes, mientras árboles de copa rosada elevan su fragilidad hacia lo infinito. Bajo esa capa luminosa, las raíces se sumergen en aguas profundas donde habitan ballenas, corales y medusas. Este universo sumergido refleja que toda vida visible se sostiene en lo invisible, y que lo que parece liviano o efímero arriba se nutre de la densidad y el misterio de abajo. La elección del marco ovalado refuerza la idea de portal o ventana hacia un cosmos interior, donde cielo y mar se espejan y se sostienen mutuamente. Bajo la superficie propone una mirada contemplativa hacia la interconexión de los mundos: lo celeste y lo marino, lo consciente y lo inconsciente, lo que se muestra y lo que se oculta.